Un día en el puticlú

Y por fin, amigos, para cumplir con lo prometido, la tercera entrega de la trilogía.....

Un día en el puticlú

Tres años llevaba ya
sin echá un porvo güeno
y me hacía falta foyá
mas que un nabo a la Veneno.

Esta noche follas, fijo,
y te quedas hecho un tío
pues estaba más salío
que el pitorro dun botijo.

Me quedé de "Ego te absolvo",
cuando la cartera miré
asi que sin duda tendré
que irme al ecopolvo.

Era un sitio mu chulo
decorao, buen ambiente,
ninguna chica decente,
y un montón de buenos culos.

Me dirigí a un costao
a tomarme una cerveza
y a escoger una presa
ojeando el bacalao.

Escuché de pronto un susurro
que me dijo: "Hola moreno.
Mira que estás bien bueno.
¿Cómo tienes el churro?

Alli estaba a mi laico
una leona pendensiera
con dos peaso de peras
como cabezas de niño chico.

¿Qué dices, mosetón?
Tu tienes cara de macho
y seguro tienes un cacho
de porra en el pantalón.

"Vente conmigo muñeco,
que te vas tu a enterá.
Que la Choni te va a dejá
ese sipote seco"

¿Quien resistirse puede
a tamaña publicidad?
Asi que me fui pallá
a ver si echaba un cohete

La habitasion no era un chollo
con una cama to carcomía
que a bien seguro tenía
ladillas como centollos.

Mas a esto no hice caso
caliente como yo estaba
pues mi nabo solo pensaba
en pegar el taponazo.

Me desnudé en un plis-plas
y me tumbé en la cama
esperando a que la dama
se quitara lo demás.

Y lo demás se quitó, pardiez,
y mi pasión se hizo cenizas,
pues la tía tenía postizas
hasta las uñas de los pies.

Ahi cayó todo, ¡Chof!
y asi tuve ante mí
en vez de un pitiminí
a la prima de Boris Karloff.

Hui de allí dando gritos
de lo cual bien me alegro
pues detras de mi un negro
corrió tocando un pito.


Moraleja:
Cuando de putas te vayas
la gachí debes palpar
no te vayas a encontrar
que en lugar de una paya
con un buen melonar

te encuentres una mona
que vaya bien pintada
pero sea solo fachada
y kilos de silicona.